El chantaje emocional como arma ideológica

Desde que nacen, todos los niños emplean el llanto como medio para conseguir de sus padres lo que desean. Si pasamos al ámbito del debate ideológico, existen hoy numerosos grupos (feministas, LGTB, etc.) que recurren a un medio análogo para lograr sus fines. Si dices algo que ellos no quieren escuchar, se declaran sumamente ofendidos. Por ejemplo, imaginen que yo afirmo, en un medio de gran audiencia, que lo mejor para los niños es crecer con su padre y con su madre. Pues bien, inmediatamente saltarían las consabidas asociaciones de familias monoparentales y homoparentales clamando al cielo porque se consideran insultadas y hasta vejadas. Es probable incluso que me acusaran de un “delito de odio”, sugiriendo que por haber proclamado tal obviedad, estoy azuzando persecuciones y actos violentos contra determinadas personas. Pero la cosa es aún peor: hay políticos y jueces que están dispuestos a escuchar a tales individuos y a darles la razón.

Naturalmente, el número de grupos que pueden sentirse ofendidos no tiene límites. Recientemente hemos visto cómo un juez inmovilizaba un autobús de la asociación cívica HazteOír por unos rótulos donde simplemente se enunciaban unos hechos objetivos: que los niños tienen pene y las niñas vulva. Como un resorte, el aparato mediático definió el autobús como “transfóbico”, es decir, ofensivo hacia las personas que se sienten de un sexo distinto al biológico, una ínfima minoría de la población. Pero las asociaciones de transexuales, conviene destacarlo, no sólo hubieran querido que este autobús no pudiera circular (cosa que un juez indigno de tal nombre les condeció), sino que se metiera en la cárcel a sus fletadores.

De momento, el garantismo judicial hace muy difícil encarcelar a nadie por sus opiniones. Pero todo es cuestión de que los legisladores se pongan a la tarea, y de que los tribunales empiecen a sentar jurisprudencia. Ahora sigan imaginando que yo digo que los regímenes comunistas asesinaron en el siglo pasado a cien millones de personas. Alguien podría afirmar que esto ofende a los comunistas, y que promueve el odio contra ellos Como decía, no hay límites teóricos a lo que cualquiera puede interpretar como ofensivo.

Volvamos al ejemplo anterior. Si yo sostengo que lo mejor para un niño es tener una madre y un padre, los gais que tengan un hijo o las madres que hayan decidido criar solas al suyo, pueden previsiblemente sentirse molestos con ello. Implícitamente, estoy diciendo (lo reconozco) que estas personas no ponen por encima de todo el bien del menor, sino sus propios deseos y preferencias egoístas. Aun así, sigo negando que esto sea una ofensa, en algún sentido legal. No basta con que alguien se sienta ofendido para que de ello se deriven consecuencias legales, pues si así fuera, estaríamos al albur de la subjetiva hipersensibilidad (real o fingida) de cualquiera, y el ejercicio de la libertad de expresión sería imposible.

Ofender, en sentido jurídico, debería implicar expresiones manifiestamente insultantes, o afirmaciones sobre hechos no probados que comprometan de manera grave y objetiva la reputación de terceros, como cuando digo que tal señora es puta, o que obtiene dinero a cambio de favores sexuales. Esto es una ofensa, y lo demás son tonterías. Es evidente que frases como “los niños necesitan de un padre y una madre”, o “los niños tienen pene y las niñas vulva”, no son ningún insulto ni dicen nada malo de nadie. Ahora bien, que alguien, como la presidenta de la comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, pueda considerar que la segunda expresión sea una “provocación impresentable”, es una medida de su grado de respeto a la libertad de pensamiento. Es la prueba del nueve de que nos encontramos ante una mentalidad totalitaria. Siempre es bueno saberlo.

Los progresistas están demasiado acostumbrados a utilizar el chantaje emocional para imponer sus arbitrariedades despóticas. Cada día están dispuestos a avasallar algún derecho individual, con el pretexto de proteger el último neoderecho de su invención, es decir, un nuevo privilegio hacia algún grupo de presión especialmente gritón. Son como niños malcriados que amenazan con llorar y patalear si no se les da la razón. El problema es que esta clase de niños, si no son corregidos, se convierten en monstruos. Estamos criando monstruos.

4 comentarios sobre “El chantaje emocional como arma ideológica

  1. Es cierto que existe el chantaje emocional, debido a que hoy en RRSS (sobre todo) se responde a la emoción y no a la razón. Pero esto, también es igualmente aplicable a los de Hazte Oir ( se ha tratado en el artículo), ya que nadie hace una campaña para decir «La tierra gira alrededor del sol, que no te engañen», es una obviedad, por lo tanto hay un transfondo en ello, cuando se hace. Yo, he trabajado con personas transexuales, forman parte de la realidad y evidentemente deducir que la campaña incita al «odio a los transexuales», es una exageración pero como lo es decir, que no se pretende nada, y que muchos se han ofendido por enunciar una simple obviedad, como parece que el artículo también constata. Para mí hacer una campaña diciendo «Nadie ha demostrado la existencia de Dios, que no te engañen», sería perfectamente legítimo, y nadie debería de escandalizarse; sin embargo dudo que los de Hazte Oir, continuaran mirándome con simpatía y responderían con respuestas igualmente emocionales a los del colectivo LGTB (militantes)

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  2. Las opiniones son libres. Pero los hechos objetivos no.
    El autobús no enunciaba unos «hechos objetivos». Q los niños tienen pene y las niñas vulva es cuanto menos incompleto o media verdad. El sexo de una persona lo define el segundo cromosoma del par 23. No su fenotipo.

    También hablas de q una familia con dos progenitores de distinto sexo es mejor para el vástago. Y lo calificas de obviedad. Pero no es una obviedad, es tan solo una opinión (siendo generosos), ya que numerosos estudios científicos desacreditan tus palabras.
    Asiq tanto tú como Hazte Oír estaríais mintiendo. Y la libertad de expresión ampara las opiniones, pero no las mentiras (al menos las q están científicamente demostradas como falsas).

    En cuanto a la utilización emocional de la ideología progresista, tengo que decirte q eso lo hacen todas las ideologías. Todas tienen en su base, en los cimientos de su construcción un sistema de valores q prioriza unos sobre otros. Y estos valores son emocionales. Pero no solo eso, sino que tanto para defenderlas como para conseguir nuevos adeptos, todas apelan a esas emociones. Y te pongo dos ejemplos de derechas (ya q las progresistas o de izquierdas las das por hecho): Liberales; la mitificación del emprendedor, del hombre hecho a si mismo q ha cumplido sus sueños y es dueño de su propio destino. Conservadores; Los extranjeros van a acabar con nuestras tradiciones, con nuestra cultura con nuestras raíces.
    No entro en si son ciertas o no, pero ambas apelan a lo emocional.

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    1. «Y la libertad de expresión ampara las opiniones, pero no las mentiras (al menos las q están científicamente demostradas como falsas).»

      En menudo jardín te acabas de meter. Todos los gobiernos podrían censurar cualquier cosa amparándose en lo que ellos consideraran que es «científico».

      En cuanto al fenotipo, precisamente lo que dice HO es que el sexo está en el genotipo, que alguna cosa tiene que ver con tener pene o vulva.

      Por otra parte, yo no he hablado de emociones en sí, sino de su uso chantajístico. Y que otras ideologías puedan recurrir al miedo, etc., no invalida lo que digo.

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