Trimemez

Dos hechos aparentemente sin relación: hace unos días, un ministro se apuntaba al coro norcoreano de alabanzas al Líder Supremo, señalando que Sánchez sabe inglés. No acabo de ver en qué ha ayudado el inglés del presidente a tener tan buenas relaciones con Venezuela, Irán o Hamás, pero vayamos al segundo hecho. El Partido Popular, en su propaganda para las elecciones de Cataluña, defiende “una educación en libertad, de calidad y trilingüe”. Quédense con la última palabra. Trilingüe significa, en este contexto, que unas asignaturas se impartan en catalán, otras en inglés y el resto en español. De este modo se conculca la libertad de elección parental en la misma frase que la proclama, logro nada desdeñable. Pero las ventajas no acaban ahí.

Previsiblemente, las asignaturas que se darán en inglés serán las de contenido científico y técnico. Así hurtaremos al alumnado la competencia léxica, en español, en aquellos campos en los cuales luego nos quejaremos de la emigración del talento nativo. No me digan que no es genial.

Después de todo, tampoco la calidad sale favorecida con ese invento del trilingüismo, más fácil de plasmar en el boletín oficial que de aplicar. Conociendo el percal, mucho nos tememos que la mayoría de escolares terminarían la enseñanza secundaria sin hablar, leer ni escribir bien ninguna de las tres lenguas. Analfabetos funcionales, prodigiosamente ágiles tecleando con los pulgares, pero incapaces de escribir correctamente, según toque, “haber” o “a ver”, ni de comprender un texto de más de una página. Por no hablar de conocimientos mínimos, sin excipiente ideológico.

El asunto va más allá de promesas electoralistas con las que rellenar los programas. El trilingüismo coincide, aunque taimadamente, con el separatismo y la izquierda en algo fundamental: en el odio o, lo que en el fondo es peor, el desdén a España. Unos lo encubren apenas con el catalán, otros más esnobs con el inglés… O el árabe, al cual el trilingüismo acabaría abriendo la puerta, aunque ni eso necesitará pronto. Cualquier cosa, lo que sea, menos sentirnos españoles unidos por la lengua, la historia y el cristianismo. Español no será más que un individuo que acate una Constitución interpretable a placer por el gobierno. De eso se trata, aunque los tontos útiles en tres idiomas nunca se enteran.

Un comentario sobre “Trimemez

  1. Eres un filósofo, un artista, un valiente, un patriota y una luz de las quedan pocas. Gracias. No desistas. Cada uno debe hacer aquello que sólo él puede hacer.

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