En todo debate con posiciones políticas enfrentadas, cada espectador tiende a reafirmarse en sus posiciones previas, incluso si los participantes con cuyas opiniones coinciden no han estado especialmente brillantes. El debate entre el miembro del gobierno español Margallo y el candidato separatista Junqueras, emitido por la cadena 8TV, no creo que sea una excepción. Y además ambos participantes se han desenvuelto con cierta competencia, en mi opinión. Sin embargo, las consideraciones expresadas por Margallo son tan lógicas y fundamentadas, que a excepción de los independentistas más fanáticos, necesariamente deberían sembrar dudas entre quienes abriguen la intención de votar a las candidaturas partidarias de una declaración unilateral de independencia. Podemos resumirlas en cinco puntos.
1) Si un territorio se separa de un Estado miembro de la Unión Europea, formando un nuevo Estado, automáticamente se excluye a sí mismo de la UE. Junqueras asegura que ningún texto jurídico prevé la expulsión de un Estado, pero nadie habla de expulsión, sino de autoexclusión.
2) Según la Constitución, ningún ciudadano español puede ser privado de su nacionalidad. Pero la independencia equivale precisamente a salirse de la Constitución. Ninguna declaración jurídica internacional, como pretende Junqueras, puede saltarse esta contradicción flagrante. Debe decirse que Margallo ha arrojado bastante claridad sobre esta cuestión, en marcado contraste con su jefe Rajoy, que en el fragmento de entrevista intercalado en el debate, ha demostrado que no se había preparado –por decirlo suavemente– un tema de importancia tan crucial como este.
3) Ningún miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU reconocerá a Cataluña como Estado. No Estados Unidos, aliado de España, y menos aún los demás (Rusia, Francia, China, Reino Unido), todos ellos con regiones en las que existen movimientos separatistas de mayor o menor importancia. Este es un punto impresionante, que por sí solo debería bastar para desanimar al más acérrimo separatista, por poca capacidad de juicio que conserve.
3) Como consecuencia de los puntos 1 y 3, una Cataluña fuera de la UE sufriría con todo su rigor el llamado “efecto frontera”: sus exportaciones a países miembros de la UE, y también a aquellos que tienen tratados comerciales con ella, se verían limitadas por aranceles; razón por la cual caerían brutalmente. Esto se traduciría en un aumento del paro (hasta el 37 %, el mayor del mundo, según Margallo) y una disminución de los ingresos por cotizaciones sociales e impuestos que afectaría dramáticamente a las pensiones (con una caída en torno al 40 %) y a los servicios sociales, en proporción similar. (Cataluña tampoco podría financiarse con créditos del exterior, al no ser un Estado reconocido.) La contraargumentación de Junqueras es ridiculamente jactanciosa. Según él, el consumidor internacional no dejaría de demandar los productos “buenos y baratos” de Cataluña, como si en esta economía globalizada no hubiera competidores en condiciones de aprovecharse de las ventajas que una Cataluña independiente les ofrecería estúpidamente. Junqueras le afea a Margallo que blanda amenazas y escenarios apocalípticos, pero el ministro le ha respondido con una metáfora muy gráfica: no está amenazando ni asustando quien sólo quiere evitar que un amigo suyo se tire desde un puente.
4) Al dejar de estar supervisados por el Banco Central, los bancos en Cataluña dejarían de disponer de liquidez, lo que conduciría a la fuga de depósitos y al corralito. La réplica de Junqueras se basa en esgrimir las declaraciones del gobernador del banco de España y banqueros privados, en el sentido de que esto no ocurrirá, omitiendo que se refieren a que no creen posible la independencia, no a sus efectos.
La conclusión que se desprende de la intervención de Margallo es que la independencia no es realmente posible (el reconocimiento de la ONU es decisivo, y no se producirá), pero que el intento de llevarla a cabo sólo puede generar graves dificultades para los catalanes de a pie. Quizá se podría haber expresado más claramente, pero veo difícil, para cualquier espectador que sinceramente desee acercarse a la verdad, sustraerse a dicha conclusión.
Puesto que a los independentistas tanto les gasta hablar de balanzas fiscales, hablemos de balanzas fiscales. Las balanzas fiscales internas a Cataluña Hablemos del desequilibrio entre las dos provincias independentistas Lérida y Gerona y las dos provincias unionistas. Hablemos de como los diez municipios mas independentistas reciben mas de seis veces mas subvenciones por habitante que los diez mas unionistas. Hablemos de las balanzas fiscales individuales, no solo las de los que perciben el 3% sino las de los miles y miles que viven del independentismo. Hablemos de todos esos periodistas y famosos a sueldo, de todos esos medios de comunicación subvencionadisimos, de todos esos directores de cine cuyas películas no las va a ver ni su madre y que viven y muy bien de las subvenciones por rodar en catalán con tema independentista, de esas empresas que se llevan adjudicaciones por criterios lingüísticos y políticos frente a ofertas mejores, de todos esos profesores y funcionarios que no habrían sacado las oposiciones ni en sueños sin el requisito del catalán y, en especial los profesores de historia que obtuvieron su puesto tras haber vendido su alma al catalanismo, de todas esas editoras de manuales escolares en catalán que duplican a los libros en castellano, de los autores de manuales de historia falsificada, de los «embajadores» a los que pagan opíparos sueldos por vivir en lo que, al no ser reconocidas, no son mas que lujosas mansiones particulares con una banderita en la fachada. Todas esas personas viven del catalanismo y de los impuestos que pagan todos pero cuyos beneficios solo van a los independentistas Tales son las balanzas fiscales en Cataluña!!! El catalanismo es robo!.
Y si vives en la provincia de Gerona, en un municipio independentista y trabajas en un periódico subvencionado pues triple balanza fiscal desequilibrada respecto al infeliz que vive en un municipio unionista de la provincia de Barcelona y que trabaja en la Seat. Triple robo, mas bien. Pero peor a&ucaute;n es si eres dueño de una farmacia en Hospitalet, provincia de Barcelona al que la Generalitat dice que no tiene dinero para pagarte mientras se lo gasta a espuertas en llenar bolsillos independentistas. A ti te roban no tres sino cuatro veces. Y encima tu voto para elegir esos diputados que van a votar impuestos y subvenciones vale mucho, mucho menos que el del independentista que vive en un poblacho de Gerona.
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